Su sencillo debut, "1938", fue una versión animada y bailable que obtuvo una gran aclamación. A partir de ahí, el dúo se embarcó en un viaje de colaboración que abarcó océanos y zonas horarias, con Wilson en California y Mirland en Dinamarca. Este proceso creativo a larga distancia finalmente dio origen a su álbum debut, "Sins of the Future".
El álbum es una aventura sonora que presenta ritmos contundentes, líneas de bajo vibrantes y voces bien procesadas. La letra proporciona una narrativa que invita a la reflexión sobre un mundo en plena desintegración digital. "Sins of the Future" promete ser un comentario sobre nuestro mundo distanciado, un catalizador en la pista de baile y un guiño nostálgico al electronic body music.