2012-09-29

Familias

David Rubio Esquivel


—De nuevo lo están pasando.
—Sí, ya me tienen harto.
…recuerden que es muy importante informar inmediatamente si alguno de los miembros de su familia está infectado. De lo contrario, usted podría ser condenado a cadena perpetua…
El televisor se apaga.
—Iré a ver cómo está Arlene.
—Déjala. Ya le tiré un buen pedazo de carne hace un rato.
—Aun así. Quiero saber cómo está.
—Ay, mujer. ¡Está muerta y así va a seguir!
—Sí, lo sé, pero…
—¡Pero nada, mujer! ¡Si no la hemos matado del todo es porque tú insistes en mantenerla con vida!
—¡Es tu hija!
—Esa cosa no es mi hija.
Con lágrimas en los ojos, la mujer se retira de la sala. Camina por un estrecho pasillo hasta llegar a un cuarto con la puerta entreabierta de donde sale un gemido.
—Arlene, hija preciosa.
Atada a una cama, la figura de una niña se contorsiona. Su cuerpo entero despide un olor putrefacto. Sus ojos apagados parecen perdidos en otra galaxia. Su boca se abre y cierra con salvajismo.
La madre llora y se agacha. Del suelo recoge un trozo de carne.
—Por favor hija, come —insiste la madre acercando a la boca de su hija el pedazo de carne.
Arlene abre y cierra la boca mordiendo el aire. Las cuerdas en piernas, brazos y muñecas que la mantienen en cama se tensan. La madre mete un trozo de carne a la boca de Arlene y ésta comienza a devorarlo con avidez. La madre frota la frente de su hija mientras ésta come, frente fría como témpano y blanca como la nieve. Mientras la madre sale del cuarto, Arlene vuelve a retorcerse en cama violentamente.
En la sala, el televisor está encendido de nuevo.
—Siento lo de hace rato —. Se disculpa el hombre sentado en el sofá de la sala, aquél que ha negado ser el padre de la niña que yace atada en el cuarto.
—No te preocupes—. Responde la madre de Arlene, tratando de reprimir las lágrimas.
En el televisor está pasando uno de los programas más vistos en el mundo desde que inició la epidemia: Survivors in the end of the world. El programa es un reality show con una primicia de lo más simple: gente tratando de sobrevivir mientras hordas de infectados los corretean en campo abierto. El ganador se lleva medio millón de dólares, mientras que a los perdedores no les queda de otra más que volverse parte del espectáculo…si es que antes no se han convertido en comida de infectados.
—Apaga eso, por favor. Me pone de malas —. Es la madre de Arlene.
—Pero hoy termina la primera temporada —refuta el hombre sentado en el sofá.
Entonces la mujer se retira de la sala a su cuarto y ahí, se suelta en llanto.
Es normal que las madres de familia se suelten a llorar a la hora en que Survivors in the end of the world es transmitido en vivo a nivel mundial. Ninguna de ellas lo sabe, pero todas, cerca de las nueve de la noche, inician su sesión de llanto colectivo mientras sus esposos ven el programa y piensan seriamente en vender a sus hijos a la cadena que transmite el programa como se sugiere al final de éste. Ellos piensan, después de todo, que aquello que está encerrado en un cuarto, el ático, la cochera o el sótano de su casa ya no es lo que fue una vez. Ya no es parte de su familia. Y en secreto esos padres de familia rezan no sólo para que sus esposas decidan matar o vender a sus hijos, rezan también para que algún día se termine la epidemia que enfermó a sus primogénitos y lloran en silencio, ese tipo de silencio que no permite ver los problemas que ocurren hasta en las mejores familias.

Publicado en la gaceta de lectura 1 de revista Propuesta #185

2012-09-28

Chihuahua, aquí

Bernardo Monroy



Adquirí un perro diabólico y ahora ya no tengo ni puta idea de cómo sacarlo de mi casa.
Todo comenzó cuando mi esposa se obsesionó con que tuviéramos un hijo. Ni caso tenía insistirle que apenas llevábamos dos años de casados. Ella quería un bebé a como diera lugar. De modo que lo que hice fue ir con Ernesto, un viejo amigo de la universidad que abandonó la carrera de Letras Hispánicas para dedicarse a la crianza de chihuahueños. Al menos un perro apaciguaría los ánimos de Ana, pensé. Lo que nunca pensé sería que la maldad estuviera en un perrito de esa raza… el cine y la literatura de terror nos han enseñado que un perro diabólico es un Rotweiller que cuida al anticristo, o un San Bernardo con rabia que acosa a una mujer encerrada en un coche con su hijo y se llama Cujo, pero jamás un perro chihuahueño. Ernesto me mostró los cachorros a la venta y me dijo que había uno muy especial: era negro con ojos rojos, y su madre había sido embarazada sin copulación. Le pregunté, con un tono sarcástico y sin reprimir una carcajada, si era como la Virgen María, y Ernesto me respondió con absoluta seriedad que sí y a la vez, que no. Que el cachorrito era un maldito. Para empezar, se había comido a su propia madre y con su patita dibujaba estrellas invertidas de cinco puntas y cruces invertidas. En fin, eso bastó para que me enamorara del perrito. Cuando le pregunté a Ernesto cuánto le debía, me dijo: Nada, es gratis, llévate al pinche perro ya y que nunca regrese, por amor de Dios.
Ana recibió al perrito con una sonrisa en el rostro. Era una admiradora de Sir Arthur Conan Doyle, de modo que lo bautizó como Baskerville. Por favor, no me eches en cara la ironía del nombre. Por favor.
Durante la primera semana me di cuenta que haber adoptado a Baskerville fue un error. El perro era verdaderamente malvado. Una mañana lo paseábamos por el parque, y sometió a un Gigante de los Pirineos con el fin de sodomizarlo. Después comenzó a morderle el estómago hasta devorarle las entrañas, delante de unos niños que jugaban a las traes y un anciano que daba migajas de pan a unas palomas. Con un falso gesto de indiferencia, le pregunté al dueño del Gigante de los Pirineos cuánto le debía por la gracia de mi perro. Me cobró mucho.
Y eso no era todo: como si no bastara con los actos de maldad disfrazados de travesura de Baskerville, en la casa de interés social que habíamos comprado Ana y yo con tanto esfuerzo, comenzaron a suceder fenómenos paranormales. Las puertas y ventanas se azotaban, las luces se encendían y apagaban por si solas, la temperatura descendía a tal grado que en pleno verano debíamos usar chamarra, gorro y orejeras y lo peor de todo: Baskerville robaba tizas de mi escritorio para dibujar símbolos satánicos en el suelo. Después aullaba y frente a él aparecían esferas de fuego que yo debía apagar con un extintor. El chihuahueño se ponía furioso cuando yo escuchaba mis discos de Paul Mc Cartney. Solía morderme los tobillos y defecar en mis posters con la cara del pobre ex Beatle. Para que Baskerville estuviera contento, tuve que tirar mi colección a la basura. Lo hice mientras tarareaba Live and let die y una lagrimita se me escurría por la mejilla.

Con el fin de aplacar los fenómenos paranormales, decidimos llamar a un sacerdote, a una santera y a una médium. Ninguno de los tres fue del agrado de Baskerville. El primero perdió un dedo de una mordida, la segunda no se atrevió a poner un pie en la casa en cuanto miró los ojos rojos del chihuahueño y la tercera nos dijo que había una presencia maligna en la casa, que debíamos matar al perro si queríamos continuar con nuestra vida. Lo cierto es que para mí, un humilde profesor de Física de escuela secundaria, las cosas jamás volverían a ser las mismas. Ana estaba desarrollando un vínculo muy íntimo con Baskerville. Salían a pasear juntos (que quede claro que no dije “sacaba a pasear al perro”… no. Salían a pasear jun-tos.) y veían películas sobre perros maléficos jun-tos, y vaya que había una amplísima oferta: Cujo de Stephen King; el Rotweiller que aparece en La gente detrás de las paredes y el de La profecía; Zoltan, de El sabueso de Drácula, un miserable desperdicio de celuloide; y el clásico kitsch: Devil dog: The hound of hell. Aunque no hay que pensar en absolutos: también adoraban a Frank, el Pug de Hombres de Negro. Era muy molesto cuando llegaba a la casa, después de un arduo día de impartir clases y explicar sobre la estructura del átomo a un hatajo de pubertos maleducados, y ver a Ana sentada en mi sillón, mientras acariciaba al perro en su regazo y cantaba:
—Tu tu tu tu ru Chihuahua, tu tu tu tu ru Chihuahua, Tu tu tu tu ru, Chihuahua... ¡Ohhh, Chihuahua!
Cuando quise contactar a Ernesto, ya no respondía mis llamadas. Seguramente sabía la clase de bestia que había dejado en mis manos. Una bestia que poco a poco arruinaba mi matrimonio. Cada vez Ana se hacía más distante, más fría, mientras que se encariñaba con el maldito perro. Ya no dormía con ella… me había mandado al sofá de la sala y después, a la casita del perro, que era demasiado pequeña para que yo cupiera. Por las noches, cuando Baskerville se acercaba a mí, me observaba fijamente con sus ojos rojos, y al momento de ladrar, se escuchaban frases en latín con una voz cavernosa, como la que describen los grimorios:
Potemtum tuo mondi de Inferno, et non potest Lucifer Imperor
—Baskerville… ¿Qué no deberías de decir “guau”?
—In nostri terra Satan imperum in vita Lucifer ominus fortibus
—Buenas noches —decía entre bostezos, mientras me acomodaba en la casita donde Baskerville nunca durmió y él regresaba a la habitación, con mi mujer.
Mi trabajo como profesor de Física iba en declive. Cada día que pasaba los alumnos me perdían más el respeto. Una vez, reprendí a un alumno con el típico cliché de maestro achacoso y amargado: Al menos mis padres no me mandan aquí a calentar el asiento. Y el alumno, poseído por una voz demasiado ronca para su edad, e idéntica a la que emitía Baskerville cuando hablaba en latín, me dijo: Al menos a mí un chihuahueño no me está quitando a mi esposa. Después, se sentó en su pupitre, totalmente desconcertado, como si hubiera despertado de un trance hipnótico. Poco a poco me fui acostumbrando. Yo, el profesor Elías Godínez, estaba pasando por una experiencia de película de Wes Craven, con animación de Walt Disney y guión de John Waters.
Me acostumbré a perder el respeto de mis alumnos, a perder el respeto de mi esposa y a que cada que llegaba a casa Baskerville me gruñera y quisiera arrancarme un dedo de una mordida.
Una tarde las cosas empeoraron. Ana estaba verdaderamente feliz. Bailaba por toda la casa, cargando a Baskerville, quien a diferencia de los perros de su raza, no estaba atemorizado o furioso porque una mujer lo cargara y lo sacudiera de un lado a otro, sino que se encontraba igual de contento que ella.
—¿Qué crees, amor? —. Dijo Ana, pero ni siquiera me miró a los ojos. Estaba anonadada contemplando a Baskerville—. ¡Vamos a tener un bebé! ¡Por fin!
No dije una sola palabra. Mucho menos quería pensar en el alcance que tenían los poderes sobrenaturales del animal. Me senté en el suelo de la cocina y empecé a comer croquetas en mi plato, que anteriormente decía Baskerville y ahora, Elías.



Publicado en la gaceta de lectura 1 de revista Propuesta #185

2012-09-27

La Necrópolis

Yadira Arteaga

“Cuando el viajero contempla edificios antiguos, le agrega a su belleza peculiar… ese otro encanto fúnebre que se opone al persistir de la piedra, la fragilidad espiritual de los seres mortales”

Manuel Toussaint, Paseos coloniales.

Originalmente en Tula cuando alguien fallecía, ya sea por muerte natural o como sacrificio para los Dioses, se recurría a un entierro en donde el cuerpo se depositaba de forma sedente. Si dicho sujeto era un gran personaje se enterraba con toda la solemnidad en cámaras subterráneas, ricamente vestido y acompañado de sus armas; pero si era un personaje común generalmente solía sepultarse en una gran olla de barro.
A la llegada de los españoles y con la conquista espiritual, los ritos funerarios cambiaron. Ya no se utilizaban cuevas o cámaras subterráneas. Los Franciscanos se dieron a la tarea de evangelizar y construir templos religiosos. Frente a la Iglesia existe un espacio más o menos cuadrangular llamado atrio, que se usó como cementerio hasta mediados del siglo XIX.
En 1882 se funda el panteón municipal del Huerto de los Olivos. Al recorrerlo puedes observar los sepulcros más antiguos y alguno que otro personaje importante, entre ellos al francés Carlos Ferré y a Lucila, hija del finado Melchor Ocampo. Dichas tumbas hoy son consideradas patrimonio cultural; reconocimiento otorgado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Este camposanto alberga a los políticos y a la gente importante del pueblo.
Cuando estalló la revolución, según informa Víctor Villagrán encargado del Cementerio San José; se designó un predio para las fosas comunes. Él manifiesta: Dicen los abuelos que por el año 1914 los guerrilleros caídos en batalla eran transportados en carritos jalados por mulas y ahí los tiraban; nosotros hemos podido verificar la veracidad de esas palabras porque al hacer la excavación hemos encontrado huesos apilados como si fueran leña. Además de eso comenta que algunas ocasiones los cadáveres tenían su indumentaria, cananas y balas.
En la actualidad la población supera la capacidad de los camposantos y es evidente el deterioro del de San José por lo que rememoro las siguientes palabras: […] están condenados de antemano; ignorantes de lo que se pierde. Y, como si adquirieran conciencia de su muerte, los toca un destello de inquietud. [...] Manuel Toussaint. Paseos Coloniales

Oficio: sepulturero.


Mi incursión empezó desde temprano me dirigí a la biblioteca como es costumbre antes de realizar cualquier investigación. Revisé durante un rato y me molestó saber que el libro que buscaba no se encontraba ahí; aún así revisé otros libros antes de salir del lugar.
Tomé el transporte colectivo, ahora el destino era la ciudad de los Atlantes. Al llegar nuevamente me dirigí a la biblioteca después de un rato por fin encontré el escurridizo libro, pero al llegar a la sección de Tula me sorprendió  ver que le faltaban las primeras páginas… así sucede con algunos libros, suelen ser víctimas de los biblioclastas.
Con la increíble falta de información, ¡en la era moderna!, recorrí el camino a la manera antigua preguntando a los lugareños, con grabadora de mano.
Finalmente llegué al panteón. La escena, aunque tanto lúgubre, me pareció bella; un grupo de personas arreglaban su sepulcro familiar. Caminé por los enmarañados senderitos y vi a lo lejos a una pequeña comitiva almorzado. Me llamaron y me acerqué, cuando llegué pude observar que habían improvisado una pequeña mesa con una lápida. Lo primero que pasó por mi cabeza fue la palabra tabú.
Se presentaron amigablemente y yo me disculpé por haber interrumpido su hora de almuerzo; entonces una persona mayor se presentó: Me llamo Víctor Villagrán. Noté la potencia de su voz y sospeché que la entrevista sería amena, me gusta conversar con las personas mayores porque siempre están dispuestos a contarte su historia. Mis ojos rápidamente inspeccionaron sus manos se veían fuertes a pesar de la edad, eran manos trabajadoras, giré la vista alrededor y a un lado de las sillas pude ver sus herramientas de trabajo, después de todo son sepultureros. Me acercaron un asiento para comenzar con la entrevista, el mismo que me lo cedió se retiró a trabajar, ese día enterraban un petrolero.
Cuando pregunté cómo era el oficio de sepulturero me comentó que se dividían en administrativo y maestro albañil, que tenían que protegerse cuando realizaban excavaciones con guantes, mascarillas y que la ropa que utilizaban al terminar de trabajar la quemaban o terminaban desechándola, porque un fuerte olor a humedad se le impregnaba. Me dijo preocupado que necesitaban un nuevo panteón porque los dos activos ya no tienen espacio para más cadáveres.
Al salir del lugar recordaba sus palabras y su cara de preocupación, también recordé en el camino que su oficio era peligroso, porque como bien me lo mencionó: Ese panteón antes fue una fosa común, al excavar y encontrar antiguas osamentas tienen que tener cuidado con los gases tóxicos que emanan. De esa manera encontraban la muerte algunos avariciosos que encontraban oro. Concluyó Tomas Martínez, el maestro albañil.

Publicado en la gaceta de lectura 1 de revista Propuesta #185

2012-09-26

Neofolk: la nueva música contemporánea

Cristhian Luna


Lectura y música, letras y melodías, sonidos e historias: han mantenido estrechas conexiones desde el origen de la humanidad, conviviendo para imprimir pensamientos, ideales y sentimientos, mucho se habla de la música clásica como la poesía hecha melodia, pero actualmente surgen nuevas corrientes en este arte facilitando la transmisión del folclore humano y apreciando las nuevas expresiones del hombre moderno.
El Neofolk es un género musical contemporáneo que inició como movimiento musical a mediados de los 80's en la Europa post-industrial, etapa etiquetada por escritores como Alain Touraine y Daniel Bell en los 70's para definir la estructura social y económica de su continente. Suficiente para inspirar a grupos de artistas a crear este género e imprimir en él distintas emociones que van desde reflexiones sociales revolucionarias hasta fuertes asimilaciones paganas, el romanticismo y el ocultismo, todo esto influenciado por la música tradicional folclórica y neoclásica de estos países.
Al paso de los años el Neo-Folk ha tenido cambios significativos en su estructura compositiva, adoptando elementos de la música industrial y ritmos marciales de guerra de acuerdo a la temática de las líricas de cada compositor, esto sin olvidar la parte visual que representa el género, donde sobresaltan escudos de guerra, signos paganos, pinturas y esculturas que se han definido dentro del arte Rococó.
Muy pocas veces podemos conocer sobre historia por medio de la música y géneros como el Neo-Folk tienen cierto afán por hablar sobre sucesos, sobre poesía, religiones, creencias y políticas que formaron una sociedad que tuvo un cambio social interesante los últimos 40 años. Porque tenemos la fiel creencia de que existe la música para leer, dejamos una lista de canciones encausadas a este género, donde destacamos algunos de los productores más importantes dentro este movimiento musical que parece haber tomado mucha fuerza en los primeros años del actual siglo XXI.


1.-  Argine - Novecento
2.-  Der Arbeiter - Mi Lirio De Eterno Amor
3.-  Rome - The Accidents Of Gesture
4.-  Current93 - Persimmon
5.-  Death In June - Peaceful Snow
6.-  Cult Of Youth - Prince of Peace
7.-  Stein - Fahrende Schäer
8.-  Allerseelen - Niemandsland
9.-  Svalbard - Ewigkeit
10.- Ataraxia - Scarletminded Echoes

Aura en el espejo también ha logrado hacer propuestas de este tipo como Inventario 85:

Así como música céltica en El camino no tenía hierba:

Publicado en la gaceta de lectura 1 de revista Propuesta #185.

2012-09-25

Cuando no miramos al cielo

Bersaín Lejarza Abelleyra


Hay noches de la existencia que al caminar nos percatamos del color de la luna, que la luz de las estrellas es suficiente para no chocar con los árboles que conviven en nuestro camino. Pero también es inevitable el dejar de percatarnos de lo visible para seguir el paso a lo cotidiano, a la rutina. Es por ello que la casualidad nos hace el llamado desde arriba para notar el brillo que hoy tiene Sandra Sabanero. Aunque no se debe creer mucho en las casualidades, afortunadamente todos estamos conectados en este universo y quizá esa conexión fue la que permitió que el director de revista Propuesta me avisara sobre el arribo de la escritora Sandra Sabanero.
Nació en Silao, Guanajuato, sus circunstancias históricas le fueron abriendo paso a generar el interés de la crítica alemana, razón por la que su primer publicación Boda Mexicana fue entendida primero entre los germanoparlantes. Posteriormente vino la ocasión de ser leída no sólo en castellano sino en inglés, portugués, posteriormente vinieron El balcón de las gardenias y La alcaldesa. La publicación que ahora nos ocupa es  La primera reina tolteca, que tendremos dentro de poco el gusto de asistir a su presentación literaria en las ruinas arqueológicas de Tula. Por ello instamos a los lectores que el sábado diez de septiembre de 2011 a las 15:30 hrs., sean partícipes del brillo que encontraremos al recibir en voz de Sandra Sabanero en directo, sin tener que trasladarnos al viejo continente el testimonio creativo que le llevó a realizar esta novela histórica.
En la mesa de presentación encontraremos a Max García, representando a la revista Huellas de México y como moderadora a Guadalupe Huicochea. Así que ahora lo sabes, puedes seguir caminando sin percatarte del brillo de un cielo al que todos pertenecemos o fascinarte con un evento que no todos los días tenemos el gusto de presenciar: autor y obra en un sitio.

Publicado en el suplemento cultural 2 de revista Propuesta #173.

2012-09-24

Un hombre de verdad

Bersaín Lejarza Abelleyra


Entro al callejón de una salida, trepo en la pared por una escalera, me siento en el borde, fumo balanceando mis pies, como me habían enseñado.
¿No debería estar en la oficina preparando el reporte anual? Tomando café, con mi traje gris, con esa corbata que se atora cuando saco fotocopias. El día lo he tomado a cuenta de vacaciones, por tantas que me deben.
¿No tienes miedo que te despidan?, ¿qué es lo que hará un licenciado de tercera?, ¿vender juguetes? Se supone que soy un hombre de verdad, al menos eso le hice creer a Geppeto, mi padre.


Publicado en el suplemento cultural 1 de revista Propuesta #172.

2012-09-22

Dos poemas de Antonio Andrade

Antonio Andrade






Sólo un suspiro

[Aunque sea sólo un
suspiro
piensa en mí...

...
cuando todo el infinito
se te antoje
insoportable].











.
.





























Niña

Cuando la niña de mis ojos
comenzó a hacerse mujer
comprendí que era momento
de poner en marcha un nuevo plan...
encontrarla.

Antonio Andrade. Poeta, periodista y escritor mexicano.
www.antonioandrade.com.mx

Publicado en el suplemento cultural 1 de revista Propuesta #172.

2012-09-20

La luna sale para todos

Angélica Santa Olaya



Cuando le empezaron a crecer los colmillos su madre la encerró en la habitación más alejada de la calle. Su papá mandó construir una ventanita abatible en la puerta para proporcionarle alimento. Ella prefería las lombrices que entraban por el orificio del muro que daba al jardín en tiempo de lluvias y los murciélagos que su hermanito atrapaba y le llevaba a escondidas en verano.

Una noche, un rayo de luna tocó sus mejillas. Se agarró de él con todas sus fuerzas y dejó la casa con el primer asomo del sol. Caminó entre troncos caídos hasta encontrar un mar que engrosaba a cada paso bajo sus piernas. Las olas venían de ambos lados de sus brazos y se unían en un techo líquido que ella podía tocar con la punta de sus dedos. Adentro todo era fresco y azul. Una pequeña barca llegó hasta ella y le ofreció una mano que no dudó en tomar. Tenía las garras más hermosas que jamás hubiera visto.

Publicado en el número 1 del suplemento cultural de revista Propuesta.

2012-09-19

Claudia Marroquín

México. Estudió el diplomado de creación literaria en la Sogem, escritora de clóset (puerta a otros mundos), escribe como exorcismo. Algo se ha publicado de ella en la revista Convocatoria, Propuesta cultural, Zarabanda, Argot Aisthesis, Penumbria e Infame. Ganó dos años consecutivos el concurso Antinavideños Anónimos convocado por Teatro la capilla y los Endebles. En estos momentos escribe algunos cuentos y poemas para un libro artesanal. Hilvana sueños, borda con hilos imposibles y tiene excelente relación con el monstruo que vive bajo de su cama ¿Mencioné que también es bruja?

2012-09-18

Camila Iglesias Muñiz

Lectora compulsiva y escritora autodidacta. Un desastre muy educado. Nació en Santigo, Chile, el 26 de diciembre de 1992, en 2005 obtuvo una mención honrosa en el concurso: Santiago en 100 palabras, Durante el de 2007 participó en el taller de literatura "Letra viva", ha publicado en medios impresos mexicanos como Convocatoria, Espiral universal y revista Propuesta. Actualmente estudia dirección de arte en la UNIACC.

2012-09-17

Azúcar

Claudia Marroquín



Ib Ibss llegó a buena hora al parque, once y cuarto de la noche, lugar desierto, luna amarilla haciendo el momento sepia.
Ib Ibss vestía riguroso negro, zapatos lustrados, cabello bien peinado, lucía como un cuervo brillante, lucía listo para un funeral, iba a encontrarse con la mujer que le había robado el corazón una noche tres lunas atrás cuando salía del trabajo, había bebido lo suficiente para sentir la fiesta en su sangre pero le faltó alcohol para olvidar el temor que sentía desde pequeño al cruzar aquel lugar pero cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Uno de los parques más antiguos y grandes de su ciudad con árboles tan viejos cómo las leyendas, tan viejos como el tiempo mismo. Sauces llorones y suicidas eternos miraban al hombre cruzar a toda prisa el lugar que parecía tragarse su presencia. Y sucedió, una mujer se atravesó en su camino, grácil de andar, mirada profunda y belleza común, Ib Ibss se detuvo al mismo tiempo que sus latidos hacían exactamente lo contrario, la mujer le pidió un cigarro y el hombre se lo dio ya encendido, ella sonrió, le pidió una moneda y él le obsequió una nueva, Ib Ibss sudaba profusamente y las palabras se habían escondido dentro muy dentro de su garganta. Intentó dar un paso adelante, pero la mujer se lo impidió parecía molesta, las pupilas se le dilataban de forma antinatural y el poco cabello que le salía por debajo del sombrero se le
veía erizo.
–Dame una magia- dijo la bruja con resolución, Ib Ibss casi lloraba, si la bruja quedaba satisfecha con lo que le mostrara, él estaría más cerca de su libertad así que sacó de su bolsillo el bolígrafo musical de luz naranja que le habían regalado en el bar, la bruja lo tomó e hizo una mueca de enojo, maldijo entre dientes.
–Dame carne de azúcar- dijo jadeante la bruja.
–No, no tengo– logró contestar el hombre trémulo.
–Perdiste– gritó la bruja triunfante. El hombre despertó en la mañana y los paseantes lo miraban con desprecio por su aspecto lamentable, el de un vagabundo cualquiera. Tres lunas vivió Ib Ibss cómo un trozo de nada, vacío, sin gozar, sin reír, pero por fin lo había logrado, esa noche, vestido de negro iba a la cita con la bruja para un intercambio justo, un bebé recién nacido que había robado a una indigente a cambio de su corazón. Los sauces agitados anunciaron la llegada de la bruja, sonriente, oscura con una caja pequeña plateada latiendo entre sus manos.

2012-09-15

Fluye

Camila Iglesias Muñiz


Una señora de mediana edad arrastra sus pies al caminar, las bolsas del supermercado le pesan mucho. Los niños extranjeros juegan y se ríen con acento; soy incapaz de entenderlos. Me siento en la ventana de mi pieza mal pintada y veo a la gente pasar: caras de aburrimiento o decepción llenan el espacio de sus sonrisas. Empiezo a pensar lo lindo que sería ofrecerles consuelo, o al menos un cigarro.
Los autos andan, andan hasta que se pierden con el ruido de las conversaciones y súplicas de mis vecinos.
Ahora bloqueé la libertad de mis acciones con la belleza de la rutina: nunca se ven suficientes japoneses muertos. Mientras espero la llegada de una carta con una fotografía del océano, me congelo; la esperanza tarda mucho.
Sé que puedo sanarme, hay alguien que busca lo que escondí en mi libro de dibujos, ese sucio y arrugado papel guardado en el bolsillo de mi chaquetón negro. La constante melodía de las canciones underground mantiene mis dedos ocupados, entonces ya no me puedo herir. Y todo lo que tengo es el eterno ahora.

Publicado en el suplemento cultural 1 de revista Propuesta #172.

2012-09-14

Papalote


Jessica Arreola Cervantes


El papalote vuela entre las nubes,
su cola arrastra la inocencia
de unas caras tristes bajo el humo,
sus colores avivan el paisaje gris.

Los niños corren descalzos,
enterrándose el pasto entre los dedos,
sus manos sujetan el hilo,
no dejan partir su sueño entre nubes.

Las risas ahuyentan
gritos desesperados de hambre,
ellos saltan y olvidan
esos rostros abandonados que yacen en casa.

El papalote vuela entre las nubes,
los pequeños se dejan caer en la tierra,
desde ahí observan planear el cometa.
No importa lo que ahora suceda
porque aprendieron a volar sin alas.

Publicado en el suplemento cultural 0 de revista Propuesta #171

2012-09-13

Abraham Chinchillas



Escritor, traductor, editor y periodista. Desde hace más de diez años radica en Pachuca por lo que él se asume hidalguense. Colabora, como poeta y periodista, en diferentes medios impresos y electrónicos en México, España, Argentina, Chile, Colombia, Panamá y Bélgica. Sus textos literarios han sido incluidos en media adocena de antologías estatales, nacionales e internacionales. Es autor de tres libros de poesía, otro de relatos hiperbreves. Coordinó la antología poética internacional El sol desmantelado, W.H. Auden revisitado publicado en el 2007. Ganó el Premio Estatal de Periodismo Fundación Latinoamericana 2003 en el género de Entrevista Cultural; incluido en el Diccionario Internacional de Arte y Literatura 2007 editado en España y ha sido dos veces becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, en la categoría de Creadores con trayectoria; emisiones 2006 y 2008. Obtuvo el segundo lugar en el certamen de composición poética La Orquídea de Plata, 2010. Actualmente es director editorial de las revistas Reloj del Viento, cultura, y Savia Contemporánea, política.

2012-09-11

Joshua




Jessica Arreola



Caminaba en el parque
con las manos metidas en los bolsillos,
no sabía el significado de la muerte
hasta que vio un pájaro tirado en el pasto.
Lo tomó entre sus manos
contempló sus ojos cerrados,
su pico entreabierto parecía emitir un sonido.
Joshua creía que si le regalaba su pensamiento,
el pajarillo volvería a volar,
lo llevó a su frente,
nada lo hizo despertar del sueño.
Una lágrima deslizó en la mejilla de aquél pequeño,
comprendió que ni los ángeles, ni los demonios,
tenían poder para revivir.
Caminó hacia un álamo
y en los pies del árbol hizo un hoyo,
enterró al pájaro,
y siguió su rumbo con las manos metidas
en los bolsillos.

Publicado en el suplemento cultural 0 de revista Propuesta #171

Venancio Neria Candelaria


Oriundo de Mixquiahuala, Hgo. Inició sus estudios de Arte dramático en el año de 1985 en el Centro de Investigaciones Artísticas C.I.A.I.A.C., bajo la tutela de Emmanuel Márquez Peralta, Alfredo Hernández Higuera y Darío Pantaleón. En 1987 fundó la Compañía El Teatro de la Calle 16. Es coordinador de la sala de lectura Marta Lucía Nesta. Ha sido, desde el año de 1994, Director de Cultura y Bibliotecas de Mixquiahuala, Tasquillo, Tlahuelilpan y Santiago de Anaya, Hgo. Ha viajado con sus espectáculos a lo largo y ancho de la República Mexicana, Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe. Ha publicado poesía, cuento y ensayo en medios impresos de México y Centroamérica. Ha recibido, entre otros, los siguientes premios y reconocimientos: Premio Raúl Guerrero Guerrero de Relato oral en los años 2000, 2003 y 2004; 2do. Segundo premio Hidalgo de Poesía Joven 2001 (categoría AAA); Presea Caballero Águila 2005; Premio Rosa de Plata 2005 de composición poética, en la categoría Masters (Juegos Florales de San Nicolás de Tolentino); Premio Estatal SEJUVE en el área de Teatro (1996, 1997, 1998 y 1999); Máscara del Huehuense por el Instituto Cultural de Cd. Darío, Nicaragua en 1998; La Orquídea de Plata 2003, 2005 y 2008 (Primer lugar en el concurso Canto a mi tierra Hñähñu); Reconocimiento especial al mérito artístico, por el Ministerio de Cultura de Nicaragua en 1998. Dirige el Centro Cultural Itinerante La Luciérnaga desde el año de 1997. Fundó y dirigió la Muestra Estatal de Teatro del Valle, El Festival de Teatro Infantil Arturo Herrera Cabañas, El Festival de Teatro de Comedia Alejandro Licona, y ha sido Director General del Festival Internacional de Folclor de Hidalgo que organiza CIOFF-UNESCO, en el que ha coordinado las sedes del Valle del Mezquital.

2012-09-08

Colaboraciones a la gaceta de lectura

Artículo / Texto literario
Autor
Gaceta de lectura #
Claudia Lorena García
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Gabriel Pérez Torres
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Octavio Jiménez
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Consuelo Sáenz
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Felipe Gallo Korkowski
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Viridiana Buñuel
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Lis Macías
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Pedro Antonio García
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Rodolfo García Portillo
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Nayadeth León
1
Claudia Lorena García
1
Carlos Arredondo
1
Tepeji no se fundó en 1558 (Homenaje a Tepexic y Otlazpan)
Francisco Hernández Zambrano
1
La conjura de los bibliotecarios
Juan Casas Ávila
1
Adriana Tafoya
1
VIII
Ángel Carlos Sánchez
1
Andrés Cisneros de la Cruz
1
Filo de luz
Mónica Suárez
1
David Rubio Esquivel
1
Bernardo Monroy
1
Gabriel Pérez Torres
1
Yadira Arteaga
1
Christian Luna
1

Colaboraciones al suplemento cultural

Artículo / Texto literario
Autor
Revista Propuesta
Bersaín Lejarza Abelleyra
171
171
171
Largas sombras forja la luna
Bersaín Lejarza Abelleyra
171
Bersaín Lejarza Abelleyra
171
XXIII
Esmeralda Torres
171
172
Hugo Izarra
172
172
172
172
172
Bersaín Lejarza Abelleyra
172
Domingo Acosta Felipe
172
Antonio Andrade
172
Antonio Andrade
172
María Luisa Martínes Torres
172
Bersaín Lejarza Abelleyra
173
Marta Abelló Saura
173
Reclutamiento
Bersaín Lejarza Abelleyra
173
Carlos Barbarito
173
Bersaín Lejarza Abelleyra
174
María Guadalupe Huicochea Enríquez
174
Claudia Lorena García
174
Octavio Jiménez
174
Índira Suárez López
174
Guía de actividad cultural de las fiestas patronales y las fiestas de octubre
María Luisa Mtz Torres y Octavio Jiménez
174
Octavio Jiménez
174
Agustín Sánchez Monrroy
174
174
Claudia Lorena García
174
La soledad dentro del acuario
Bersaín Lejarza Abelleyra
174
Claudia Lorena García
175
Angélica Bárcenas y María Luisa Mtz Torres
175
Raúl Estrada
175
Raúl Estrada
175
Raúl Estrada
175
Raúl Estrada
175
Bersaín Lejarza Abelleyra
176
Héctor Molina
176
Héctor Molina
176
Elías Godínez Peralta
176
Elías Godínez Peralta
176
Elías Godínez Peralta
176
176
Bersaín Lejarza Abelleyra
176
Juan Antonio Rosado
176
Octavio Jiménez
177
Ileana Garma Estrela
177
Juan Antonio Rosado
177
Adán Echeverría
177
I
Viridiana Buñuel
177
177
Román Villalobos
177
Octavio Jiménez
178
Rolando Vieyra Solares
178
Elías Godínez y Bersaín Lejarza
178
Erick Sandoval Ramírez
179
Sólo por ti
Eva Karina Santiago Ponce
179
Delirios
Juan Abraham Badillo Oliva
179
Para ti
Fernando Pérez Alanis
179
Acaricias mi silencio
Víctor Fox Jiménez
179
Allan Usiel Flores
179
Daniel Lemus
179
Claudia Lorena García
180
Ingrid Bodet
180
Karina Castro
180
Victoria Estandía
180
Juan Antonio Rosado
180
Magdalena López Hernández
180
Nancy Aidee Valencia Cuenca
181
Daniel Lemus
181
Andrea Aguiñaga
181
Shasha H Guerrero
181
Elías Adbeel
181
Bersaín Lejarza Abelleyra
181
181
Octavio Jiménez
182
Itzae Valdéz
182
Julieta Reyes
182
Guillermo Samperio
182
Daniel Lemus
182
Gibrán Pando
182
Erick Sandoval
182
Mario Covarrubias
182
Raúl Estrada Aguirre
188
Benito Cruz
188
La editorial
188
Christian Luna
188
Yadira Arteaga Miranda
188
Bersaín Lejarza Abelleyra
188
Virgen de GuadalupeAdrián Peña189
El maguey es como la raíz de nuestra tierra y el pulque su sangre, una sangre que debería seguir alimentándonosYadira Arteaga Miranda189
Sin títuloJahzeel Acevedo Aguilar189
AlmaFernando Rivas Peralta189
César Zoonosis - El poeta visual de la conscienciaChristian LunaBlog
Semana Santa en Tepeji, los nuevos tiemposGabriel Pérez Torres191
Un mural para AteneaBersaín Lejarza AbelleyraBlog
Cuarto aniversario del podcast Pájaros en el alambreBersaín Lejarza AbeleyraBlog
Los Pakita: Despertando de un utópico sueñoMario LémuraBlog
La mano dentro del panalBersaín Lejarza AbelleyraBlog
El beso y el humoGuillermo SamperioBlog
En lo luengo de mis brazosGuillermo SamperioBlog
PresagioDavid Rubio EsquivelBlog
El agua y su cauce: entrevista a Rosendo OrozcoCésar Rubén Mata Valadez192

Edición 210, Julio 2015

Artículo / Texto literario
Autor
Suplemento cultural
Algo sobre poesía Hidalguense Octavio Jiménez 19
Breve censo de los escritores de Tula Bersaín Lejarza Abelleyra 19
1º Exposición artística independiente Adolfo Alberto Torres Blog
Par de ases César Rubén Mata Valadez Blog
Sin título David Rubio Esquivel Blog
La luna rota Isidoro Irroca Blog
Dentro de una historia Evaristo Martínez Velasco Blog
Presentación editorial a cargo de Yuri Herrera Objectum Blog
Mosaico literario Mariel Citlali Facio Hernández Facebook
Mosaico literario Luisa Albarrán Facebook

'For UNRWA': Un grito de justicia a través de la música.

J essica Moss nos presenta su nuevo álbum "For UNRWA", una obra cargada de emotividad y protesta, inspirada por la desesperación y...