Desde Lisboa, Urze de Lume vuelve a alzar su canto telúrico con Bravios, un álbum que trasciende la música para convertirse en un ritual sonoro de comunión con la tierra. Fieles a su homenaje a la tradición ibérica, la banda invoca los elementos más ancestrales —del río a la ventania, del cervo ao trovão— para dar forma a un universo donde lo humano y lo natural no se distinguen, sino que se entrelazan en un mismo pulso vital.
Lejos de la palabra, Bravios se sostiene en lo primordial: percusiones que evocan cortejos arcanos, cantos y texturas que parecen surgir de la propia montaña, y un animismo sonoro que convierte cada pieza en un acto de memoria y resistencia. Su música no necesita nombrar: basta con escuchar el rumor de los instrumentos para sentir el eco de los bosques, el murmullo de la piedra y la vibración del fuego.
El disco no solo celebra las raíces, sino que las reverdece, recordando que lo sagrado aún habita en lo natural y que el alma de un pueblo late en la continuidad de sus cantos. Así, Bravios se ofrece como un tributo a lo indomable y a lo incorruptible, un cortejo serrano que se eleva al firmamento con la fuerza de lo eterno.
Urze de Lume reafirma su lugar como custodios de la memoria sonora de la península, pero también como creadores de un arte contemporáneo profundamente espiritual. Bravios no es sólo música: es una invocación y una cura.