Puedo decir que en la antología poética Ecos del tiempo me tocó ver parte de su concepción y admito que no me salieron perrillas en los ojos. En esos días Octavio Jiménez tenía la idea de realizar una compilación de poesía que inmiscuyera a algunos personajes que han cruzado camino en Tepeji del Río, por ejemplo: tenemos a Abraham Chinchillas que nos visitó a Casa de Cultura hace poco en la presentación del libro La tristeza de Papá Sabino del poeta y ahora ponente de fiestas de octubre Venancio Neria. Arturo Trejo Villafuerte, que también nos acompañó en la presentación del Octaviano libro La cofradía de los pájaros muertos y así podría citar los pasajes de la historia literaria de nuestro pueblo. Pero este reconocimiento deseo hacerlo de una forma más directa, porque no cualquier persona se toma el tiempo suficiente para invertirlo con dedicación a un proyecto que contiene la dimensión de una envergadura inconmensurable. La mayoría de las personas que conocemos a Octavio Jiménez sabemos cómo es y con cuánto empeño deja en claro que los cambios sociales se generan a través de la expresión artística, al menos eso es lo que pretende y lo externó en la Jornada cultural por la paz. Este proyecto no es tan dispar a su filosofía de cambio, ya que como él lo menciona en su prólogo:
Ante la ola de violencia e inestabilidad social que abate a nuestro país, debemos de apostar más por la inversión en la cultura, invertir en publicaciones literarias tanto de poesía como de cualquier otro género que esté al alcance de la juventud y las nuevas generaciones. Es necesario acercarles las expresiones artísticas a bajos costos y de fácil acceso. Necesitamos fomentar valores y virtudes por medio de la poesía. Ésta es una de las formas que tenemos las generaciones actuales para prevenir la delincuencia y los múltiples males sociales que aquejan a México.