Juan Carlos Tonatiuh Capetillo Jaimes
Llorando,
con el cachete rojo,
con mis manos temblando,
debajo de la cama,
escondido junto mis muñecos
me encuentro yo.
Como un fantasma,
como la pelusa,
siento mis lágrimas
acariciando mis mejillas
y me duele su salado cuerpo.
Cierro mis ojos
rezando no ser encontrado.
Volverme una sombra
o un muñeco entre todos,
pero Dios no escucha mis rezos.
Escucho sus pasos,
me encuentra,
me hace daño con la mirada,
me saca de los cabellos.
No existen monstruos bajo la cama
están afuera y vivo con ellos.