Hoy se ha hecho un año desde que Atardece más lento que un suspiro se publicó.
Desde Antepasados sentía que empezaban a emprender vuelo las polillas de las portadas y esa confianza fue lo que me dio un empujón para tener rienda suelta al divertimento, a las ganas de imitar el sonido de la guitarra eléctrica, del bajo y por supuesto la batería.
Todavía recuerdo cuando lancé el trailer de este single y del que sólo tenía el tema titular y un anuncio: No sabemos cuándo, no sabemos cómo, pero pronto sonará en Bandcamp.
Todavía recuerdo cuando convocando una voz femenina Arkana me apoyó con el cover de El bebé de Rosemary, una película de terror y así se fue armando con los días el tracklist donde todavía incluí piezas con la influencia techno que llegué a tener mucho antes de pensar que existiría Aura en el espejo. Pero hubo algo con lo que no contaba: estructurar un single temático por primera vez y el tema fue el paso del tiempo, quizá por esa sensación de que es el tiempo el que avanza tan rápido cuando lo disfrutas. De verdad que he tenido mucha suerte, gracias por su apoyo. Dentro de poco habrán de escuchar el último sencillo de Armonía invisible: Nuevos días.