El nuevo álbum de Supplicate, titulado Skulk, marca un renacimiento significativo para el proyecto solista de Andy Gibbs, guitarrista de Thou. Gibbs redefine su sonido en este trabajo, alejándose de sus anteriores esfuerzos hacia una propuesta más personal y emocional. Inicialmente concebido como "música para cometer crímenes nocturnos", Skulk se transforma en una exploración profunda de la vulnerabilidad y la intimidad, con texturas musicales que reflejan tanto el mundo interior como el exterior del artista.
Skulk se presenta como una reelaboración oscura y pesada del sonido de Supplicate, un ajuste que queda claramente marcado desde la elección del arte de portada, contrastando con la estética de su anterior trabajo Blush. Las composiciones en Skulk oscilan entre el ambient y el electronic, creando paisajes sonoros inquietantes que atrapan al oyente desde el primer momento. Aunque el álbum podría beneficiarse de una mayor continuidad entre las pistas, la cohesión atmosférica y la densidad de las capas sonoras logran mantener una experiencia envolvente y adictiva.
El álbum actúa como un caleidoscopio, manteniendo una variabilidad que evita caer en la monotonía. Canciones como "V2K" despliegan un dark ambient con un matiz espiritual que flota sobre un paisaje postapocalíptico. Gibbs combina distorsión y minimalismo en "In The Penrose Stairs", donde guitarras difusas y voces etéreas crean una club music distópica y envolvente.
La capacidad de Gibbs para fusionar distintos géneros se manifiesta en "Ultrazone", que lleva el industrial a una pista de baile alucinógena, y en "Barrier Aggression", que medita con percusión dominante y un ambiente perturbador. "Closed Sys" y "Watchword" exploran la trance gótica y el drone, respectivamente, mientras que "Suburban Spells" y "Anvil Heart" aportan elementos de shoegaze y trip hop a la mezcla, demostrando una maestría compositiva que eleva el álbum a un posible punto culminante del año en su género.
