Raúl Estrada
(Marzo 2015) En algún lugar donde pasa La Bestia.
I
Cabeza de ferrocarril
va por el túnel un ojo,
luz rebanada de luna
apenas las seis
y sobre los rieles
un búfalo en celo.
II
Mientras ella rumea
sobre la almohada
el hormiguero
va como una calle,
con el filo del rostro
parte en dos la mañana
y es de plomo mi cuerpo.
III
Por eso cimbra con los rieles
igual al río que llama su agua,
me agarra de los pies
como la sangre en los durmientes,
una despedida de ultimo vagón.
IV
Con la cabeza en llamas,
con el humo a flote,
con el vientre a rastras
busca el mar para apagarse,
veo correr un incendio
como una víbora.
V
Kukulcán de carbón,
su mordida es un golpe
en la espalda del viento
y aquellos peregrinos
con los brazos de cristo
son postes y el tren
soy yo dejando escapar
la casa por su transparencia.
VI
Estas seis de la mañana
no son las mismas seis de ayer
pero todavía son las mismas,
otro aparece con el alba.
Con el agua fría el vapor
se vuelve hombre,
frente a mi barba el espejo crece.
VII
Pasa el día en los oídos
y el tren lleva las horas
como esclavos,
cada piedra tiembla
y los vidrios de agua
inundan las paredes,
ya no sé si el ultimo
retumbo es un grito
desesperado.
