
y marca el contorno de mi cuerpo
y el de los casquillos
en el pavimento.
Llámame poeta
aunque no sea más
que el dibujo malogrado
de un recuerdo constelado.
Fija tu mirada al cielo
y búscame entre las estrellas
o baja tu mirada al suelo
y recoge trozos de mi recuerdo
en anónimas manchas de sangre.