En un panorama musical a menudo predecible, emerge con fuerza una propuesta que, fiel a su nombre, se rehúsa a ser encasillada. The Shape, el homónimo álbum de la banda pronto a ser lanzado bajo el siempre impecable sello à La Carte Records, es una obra que no solo captura la atención, sino que la exige. Se trata de un viaje sónico que conmociona por su intensidad y su audaz capacidad de transformación.
Desde los primeros compases, The Shape demuestra un dominio extraordinario sobre su propio ecosistema de sonido. Crean ondas sonoras que se metamorfosean en un instante, llevando al oyente de la melancolía más etérea a la distorsión más cruda sin previo aviso. La comparación más acertada sería imaginar un experimento alquímico fallido—o quizás demasiado exitoso—: la angustia existencial y la estética andrógina de Placebo atrapadas en el cuerpo psicodélico y glamoroso de Love & Rockets, con una mente poseída por el dirge oscuro y cavernoso de los primeros Christian Death. Y, como si este cóctel no fuera suficientemente explosivo, el resultado final hereda la actitud descarada y el swagger arrogante de Oasis, capaz de convertir cualquier estribillo en un himno para las masas.
Es precisamente en estos himnos donde The Shape encuentra su mayor potencia. El álbum irradia unos niveles de pasión desbordantes, una energía cruda que se filtra a través de cada nota y cada letra. No es solo música para escuchar; es música para sentir, una experiencia visceral que conecta con el oyente a un nivel primario. Tracks como el recién estrenado "Body & Mind" —que ya cuenta con un impactante visual— son la prueba perfecta. La canción es un torbellino donde la batalla interna entre lo corporal y lo espiritual se resuelve con riffs contagiosos y una base rítmica implacable, creando una paradoja perfecta entre la profundidad de su tema y la accesibilidad de su melodía.
The Shape posee el sonido de una banda que ha absorbido lo mejor de los géneros que abraza—el post-punk, el rock alternativo, el shoegaze, el britpop— para dar a luz algo completamente nuevo y fascinantemente familiar. Una obra que, sin duda, marcará un antes y un después para todos aquellos que tengan el privilegio de presenciar su llegada.