Texto e ilustración
Harkale-Linai
Cuando los primeros exploradores Landari se atrevieron a entrar en la parte más densa del Bosque Azul, descubrieron algunos árboles grandes llenos de lo que parecía ser de color ámbar brillante. En uno de ellos, una mujer insectoide estaba atrapada, como la reina olvidada en ese viejo cuento ... Era extraño, pero esa parte del bosque era mucho más acogedora que la oscuridad que prevalecía en cualquier otro lugar. Se construyó una aldea en las ramas de los árboles de ámbar, donde los refugiados sanarían sus heridas. Oh, no tenían mucho tiempo; La guerra llegaría pronto al bosque. Y huirían, como lo habían hecho durante los últimos tres años ...
Los guerreros Hok'ten enviaron exploradores para buscarlos; los exploradores regresaron con las manos vacías. Dijeron que sus caminos se curvaron inexplicablemente y los llevaron de regreso al borde del Bosque. Tenía que ser mágico, una magia tan antigua y terrible como el Bosque Azul.
A través del murmullo de las hojas y la suave melodía de la lluvia, el guardián habló con los Landari. Ella les ofreció un lugar seguro donde pudieran quedarse todo el tiempo que quisieran. Un nuevo hogar.
