Vlimmer - X
Por Alexander Leonard Donat y notas de Bersaín Lejarza
Comenzar el décimo EP, "X", con el dúo pegadizo que son "Nachwehen" y "Nebelgeist", podría considerarse como un mensaje claro de tratar de ganar un público nuevo y más grande. La verdad es que se desarrolló como todas las canciones de Vlimmer. "Nachwehen" era una improvisación instrumental más corta para la banda sonora de la tercera temporada del audiolibro alemán "Randow". En "Nebelgeist" la mayor parte del tiempo que estuve trabajando en la canción, incluí un patrón rítmico que parecía detenerse y seguir, lo escuché en una canción de la banda canadiense "No Joy", así que más tarde agregué en la batería un "compás de cuatro por cuatro". En algún momento se sintió mal suprimir una posible canción disco, así que opté por la batería simple; sin embargo, aún puedes escuchar los tambores originales. Es cierto que en "Nebelgeist" utilicé algunos consejos de algunos expertos en el negocio de la música que conocí a través de uno de mis otros proyectos: como otorgarle a las voces algo de espacio, llenar las pausas vocales con riffs y motivos, no tirar uno sobre el otro, las armonías vocales son lo primero. Puedes escucharlo cuando las guitarras post-punk en el estribillo se colocan entre el canto, o por la forma en que se mezcla la canción, las voces están mucho, mucho más en primer plano. Una de las razones: ahora me siento más seguro con mi voz. Por cierto, ignoré la regla de "las armonías vocales primero": el 100% de las canciones de Vlimmer comienzan con los instrumentos.
No estoy listo para lanzar un EP completo con cinco canciones pegadizas. Sin embargo, "X" puede ser el primer EP en el que todas las canciones tienen un coro definitivo, pero me encanta demasiado el ruido y los arreglos no convencionales como para decir adiós con el fin de hacer avances al público. Escuchar "Kondens", un monstruo krautrock / shoegaze de once minutos, me satisface la forma en que destruye las expectativas del oyente sobre lo que podría suceder después del comienzo. Incluye uno de los paisajes sonoros más infernales de Vlimmer, rompe los oídos e incluso puede doler. Los violines y sintetizadores espaciales en el último tercio de "Kondens" sirven entonces como terapeutas, como una mano calmante en la frente. Finalmente Vlimmer está aquí para hacerte sentir.
Éste es el punto en donde encontramos a un Vlimmer con un tema hipnótico, con ciertos tintes de new wave británico. Una vocalización más suave, una clara invitación de decirnos que el aprendizaje de Vlimmer continúa.
Impredecible e imperdible se torna esta última entrega, esta pieza reúne elementos de dos décadas. La base rítmica de los 80'tas y el toque shoegaze de los 90'tas. Una asombrosa hibridación.
