Juan Contreras
Cómo romper un molde con eficacia narrativa y hacer vital una franquicia hundida en el fango. Es notable su conversión en película híbrida, enlazando bien varios géneros, logrando una película funcional y entretenida. Lo vulgar fue reemplazado por una ternura que recuerda a Spielberg. Los rostros de los Transformers son impresionantes y expresivos. Está hecha de momentos reciclados ya vistos en Wall-E y en Cortocircuito, pero demuestra que hay espacio para más matices dentro de una fórmula probada. Es diferente a comparación de las cinco películas previas de Transformers, corrige todo lo malo en ellas, a la vez que agrega algo de lo que carece el resto de la saga, un poco de alma. Tomaron una acertada decisión al mirar atrás, respetando más la historia original y centrándose en el personaje que más carisma irradia en la serie.
Con todos sus aciertos y sus floridos errores, este desvío de la épica principal entre buenos y malos metálicos comprueba de nuevo aquello de 'menos es más' y deja abierta la pregunta de si no habría sido mejor centrarse en su corazón de hojalata desde el principio, para que la acción espectacular fuera bien acompañada. Esta película llega tarde a su propia fiesta, se siente a maniobra de marketing, los humanos después de la primera caricia van a querer ordeñar a Bumblebee y a todos sus compañeros. Pero, la película... es buena. Me niego a decir que 'no es mala'. Es realmente buena.