2025-12-04

Entre cuervos digitales y pianos encantados: Oklou firma un debut visionario

 

En un panorama donde el pop contemporáneo parece dispersarse en híbridos interminables, aparece Oklou con choke enough para recordarnos que la verdadera innovación no consiste en mezclar estilos, sino en crear ecosistemas completos. Su debut no se siente como un primer álbum, sino como la apertura de un portal: un bosque encantado donde conviven circuitos fluorescentes, criaturas míticas y pulsos electrónicos que respiran como organismos vivos.

Marylou Mayniel ha ido alimentando este universo desde The Rite of May, pero aquí lo despliega en su forma más madura y expansiva. Con las firmas de Danny L. Harle y A. G. Cook moldeando parte del ADN sonoro, la obra podría haber optado por el maximalismo característico del PC Music; sin embargo, Oklou elige el camino opuesto: la intimidad ritual. choke enough es una colección de encantamientos sonoros más que de canciones, una serie de atmósferas en constante mutación que se sienten delicadas y al mismo tiempo intrínsecamente poderosas.

La belleza del álbum está en su habilidad para unir mundos que parecen incompatibles. Los destellos trance, los breakbeats vibrantes y los arpegios cristalinos coexisten con elementos que evocan tradiciones folclóricas: cuerdas pastoriles, maderas crepitantes y campanas que suenan como talismanes. En “harvest sky”, uno de los momentos más reveladores, la electrónica líquida se funde con el graznido de cuervos como si el track fuera un conjuro agrario celebrado en un templo cibernético. Esa dualidad —lo ancestral filtrado por un prisma digital— es el hilo conductor de todo el viaje.

La producción, enriquecida por colaboraciones de Nick Léon y Casey MQ, funciona como tierra fértil donde Mayniel siembra emociones en capas: nostalgia que no parece humana, alegría teñida de polvo, tristeza que vibra como luz estroboscópica. Piezas como “choke enough” demuestran su maestría para la contención: con apenas voces manipuladas y un piano en suspensión, crea un trance emocional cercano a un sueño lúcido. Otros momentos, como “ict” o “take me by the hand”, amplían los límites del art-pop, del house y del alt-R&B sin perder cohesión ni identidad.

Oklou describe el álbum como una conversación entre su vida real y su vida imaginada. Escucharlo es entrar en ese diálogo íntimo, como si la artista prestara sus dos mundos para que el oyente también camine entre ellos. choke enough es delicado y feroz, primitivo y futurista, terrenal y espectral. En definitiva, un debut que no solo consolida a Oklou como una figura clave del pop experimental, sino que la revela como una narradora de mitologías modernas.

Es un disco que no se reproduce: se habita.


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