2012-08-20

El arte de enamorar

Felipe Gallo Korkowski



El arte de enamorar, puede ser la etapa más linda, pero más hipócrita del comienzo de las historias amorosas.
 Los caballeros si estamos ya malvaditos solemos tener frases de cajón. Que no son otras cosas, que una serie de palabras acomodadas para arrebatar besos, números de teléfonos, mails o la forma que nos garantice que tendremos la más mínima posibilidad de enamorar. Solemos terminar cada frase femenina con un honesto, mientras dure: pienso lo mismo que tú.

Y ahí estamos obedeciendo nuestro cromosoma Y, mismo que no ha evolucionado mucho que digamos. Seguimos siendo cazadores o recolectores de frutos silvestres. Animales depravadores, ellas son lindas y esto ha pasado desde que el ser humano tiene conciencia de su existir.
Los problemas llegan después. Cuando el cavernícola a suerte de garrotazos ha logrado su objetivo y lleva inerte a su presa a la guarida para ser devorada con cariño. Estúpidamente suponemos que un buen garrotazo es suficiente para tenerlas toda la vida contentas. Nuestras queridas presas necesitan garrotazos de cariño diario, sin caer en la intensidad, vamos, hay que dejarlas respirar de vez en vez. Y eso suele ser una misión muy difícil de cumplir. No podemos, o no queremos entender porqué debemos seguir dando garrotazos si ya está en nuestra guarida.
También nuestro cromosoma defectuoso, nos indica que sólo por el hecho de estar con ellas es suficiente para tenerlas contentas, cuando ellas necesitan pequeñas dosis diarias de atenciones, piropos, flores y seguridad. Esto último lo he concluido una vez que termine de analizar mi historial amoroso fallido.
Nuestras bien preciadas presas, tienen a su vez un defecto de fabricación. El cual les impide enamorarse de lo que eres, siempre se enamorarán de lo que puedes llegar a ser. Y cuando ven que no puedes lograrlo, te ponen las maletas en la calle y te conviertes automáticamente en el hijo de la señorita que fuma en las esquinas. El monstruo quita tiempo y años mozos.
 Y sigo sin entender, qué necesidad de encontrar un amor de película, si sólo duran dos horas: Pero ahí estamos siendo como somos y ellas como son, para protección de la especie y sobre todo para no hacer la vida tan aburrida como lo son las películas de amor cursi.
 Yo propongo ser consientes de que esta etapa de tirar la onda, andar quedado, ligar o el mote que le quieran poner, es mera hipocresía, pero linda y honesta que suele ser efímera. Definitivamente, el amor, es uno de los sentimientos más adictivos que existen.    
En fin mis queridos Cavernícolas, agarren su garrote y a su presa y acuérdense de usarlo todos los días con el cariño mismo que les tienen a sus madres, pues es más recomendable y saludable.
 Queridas presas de anatomía hipnotizante, labios urgentes, cocteleras de hormonas, misterios divinos de la creación, sadismo con bondad. Les pido, bueno les suplico, o les exijo ténganos mucha paciencia porque no hemos evolucionado a su par.
Me despido con el ya tan visto, con el chaleco de Sicilia. Abrazos para ellos y beso para ellas, que si son guapas mando dos. Y una ración especial para una señorita presentable para este impresentable.
P.D. de honor: La teoría del Cavernícola se la robé a mi amigo Varus conocido como Álvaro Gutiérrez.   
P.D. de mis Kiwis: Busco secretaria que no tenga problemas de ortografía, ya que esos los pongo yo.

Publicado en la gaceta de lectura nº 0

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