Primera Parte
Noél Enrique Olivera
Ken Russell vagaba escribiendo y fotografiando en estudios de TV de la BBC. Sus primeros filmes pasaron casi totalmente desapercibidos y la crítica lo ignoró hasta el año 1968, en que registra su dirección en el largometraje WOMEN'S IN LOVE (Glenda Jackson, Oliver Reed) Permanentemente mostrando su pasión por la música clásica (y por los músicos clásicos) escribió y dirigió en 1970 el film THE MUSIC LOVERS, en donde trata la vida y obra de Piotr Illych Tchaikovsky. El despliegue iconoclasta de Russell, sus constantes citas líricas, su comprensión de las partituras originales: el film abre en un "scherzzo concertante" que deriva en devaneos sexuales del maestro ruso con su novio, Tchaikovsky había escrito su primer concierto para piano y orquesta, y había escrito algo revolucionario del punto de vista conservador de las escuelas musicales de la época, cuyo maestro Rubinstein, no concebía de ninguna manera: tocar un concierto en octavas era algo rústico, casi folklórico, que la sociedad musical no iría a permitir. Tchaikovsky (Richard Chamberlain) es subyugado por el amor enfermizo de Antomina Petrokova (Glenda Jackson) y esta relación en el film aumenta los niveles de los límites de lo bizarro y lo pueril. Para el final, una cruenta escena del manicomio en donde reside "Nina", la esposa del maestro con un fondo del Adagio de la Sinfonía Patética, opus 6, que Tchaikovsky escribió en su exilio en USA.
Brillante interpretación del "Príncipe Lisérgico del Celuloide" del universo interior del compositor-maestro, con todos sus demonios y sus ángeles en pugna.