Séverine Grosjean
Jessica es una artista navegando entre la instalación, el vídeo-performance, grabados, libros de artista, abordando la situación de la mujer en nuestra sociedad. Ella cuestiona las obsesiones con la imagen corporal, sexual y nuestra relación con esta última. Desarrolla un trabajo íntimo, donde los elementos (zapatos, perfume) son los símbolos de situaciones. Trata de llegar a la esencia de lo que quiere exteriorizar o emitir, expresando el máximo con lo mínimo. Jessica no busca provocar, sino criticar y comentar sobre la sociedad en la que vive.
Jessica utiliza la performance en la que se convierte en una actriz y no un simple objeto de representaciones idealizadas por los hombres. Ella se apropia libremente el derecho a la autorepresentación, un "poder" de la emancipación. En sus video-performances "Para verte mejor", "Para besarte mejor" y "Para acariciarte mejor" ella juega con uno de los rituales diarios repetitivos e íntimos de cada mujer: el maquillaje. Es un elemento clave en la sociedad actual que se basa en las apariencias. De una manera exagerada, se aplica estos artificios como máscaras. Estos son gestos constituyendo ejercicios de posicionamiento subjetivo en la escena social. Las estrategias performativas de Jessica no quieren ser sutiles, sino ostentosas en el colorido, el desborde, en el artificio y la cosmética como una denuncia pública. En este proyecto desea crear una concientización respecto a los cánones de belleza impuestos. Ella habla de la mujer, del femenino y de la feminidad a través de historias de la vida cotidiana. Hoy la intimidad del universo femenino no está sin corresponder a una serie de estereotipos de género que pensábamos obsoletos.
Este es el discurso que Jessica quiere cuestionar en su obra "Por siempre joven". En estos proyectos denuncia una sociedad occidental oscureciendo un envejecimiento poco "presentable". Un trabajo que ella sigue en "Abuela, Madre, Hija", aunque no es explícito, sintetizando las tres edades, la vida, el tiempo, la familia y los lazos afectivos a través del paso del tiempo. En este trabajo, Jessica usa el cabello como una conexión intergeneracional. El pelo es a la vez un objeto nostálgico, un suporte de la memoria y un revelador simbólico de su biografía representando las mujeres de su familia. Su obra tiene un carácter universal confrontando las posiciones conservadoras y machistas relativas a las relaciones desiguales entre hombres y mujeres a veces de manera dolorosa. En diversos trabajos, aborda los temas de violencia durante el conflicto armado como “Deshilando el miedo”. Ella realiza una instalación usando una tela camuflada que durante 6-8 meses fue deshilada como el símbolo de la pérdida del poder por los militares. Este trabajo hace eco al maquillaje o perfume porque la tela es una técnica de ocultamiento impuesto en un momento determinado por supuesto pero el camuflaje se vuelve más estetizante, estilizado en nuestro presente. El camuflaje es asunto de visibilidad, un hecho para fundirse en el paisaje y pasar “desapercibido”. El trabajo de Jessica Lagunas podría resumirse en "Parecer, Aparecer, Desaparecer”, origen del desarrollo de una experiencia singular.