Séverine Grosjean
María Adela Díaz es una artista que ha crecido entre el video y el performance. Aborda los temas de la violencia y el género: Ser y vivir como mujer en una sociedad conservadora y patriarcal como la de Guatemala. A través de sus acciones corporales, expresa experiencias que desafían la visión masculina hacia la mujer. Con estas exploraciones estéticas, critica los estereotipos y esquemas culturales así como también propone una percepción radical e íntima del ser femenino.
Hace quince años, María Adela emigró a los Estados Unidos. Las notas claves de su práctica artística se nutrieron de nuevas experiencias, nuevos dramas que aportaron un giro lógico en su discurso hacia temas de violencia y migración. Su obra “Borderline” es prácticamente la documentación simbólica de esa etapa. Como artista y madre, las reglas del juego cambiaron y sus preocupaciones se enfocaron en perseguir su identidad. Ella compara el placer de la maternidad y el nacimiento, con la imagen de “mujer-casa”, analogía de su propio cuerpo como proyecto de arquitectura femenina. Realidades íntimas del embarazo y el parto se convierten en territorio visible para María Adela, que explora los traumas del cuerpo en sus obras "Mapa" o "Mi Gestalt" (2005). El cuerpo herido obviamente se refiere al sexo femenino, la famosa "grieta sangrienta", que habla tanto del placer como del dolor del parto y de la desnudez que nos desafía.
Desde la historia individual de la artista, se cuenta una experiencia colectiva que se explica en un “vivir-para-el-otro”.