Una de las mejores maneras para vivir el pasado y
hacer presente lo que ocurrió en otros tiempos
es el conservar las tradiciones…
lo más importante de una tradición no es el
aspecto externo, sino el significado de
este aspecto externo, o sea,
lo que está encerrado en esa realidad interior.
P. J. Luis Fernández Miranda
Origen Histórico de las tradiciones
Semana Santa, días de guardar, días en donde una gama de tradiciones se congregan para brindarnos una posibilidad infinita de usos y costumbres, olores y colores. El morado, rojo, blanco y negro se asoman en cada rincón de las fachadas, templos, capillas e interiores de los hogares del pueblo de Tepeji del Río.
Llena de simbolismos la Semana Mayor empieza el Domingo de Ramos, en este día los ramos y las palmas tienen un sentido festivo. Jesús entra triunfante a Jerusalén montado en un burro y entre cantos del pueblo que extienden sus mantos por el camino. Cristo llega a Jerusalén como hombre de dolores, destinado a la muerte, para ofrecerse voluntariamente como víctima de amor y así salvar al hombre Cargando su imagen en una plataforma de más de cincuenta kilos, los penitentes tepejanos inician su procesión antes del medio día. En un recorrido de más de una hora, acompañado de cantos y alabanzas, concluirán su trayecto en el templo del gigante de cantera, edificado en el siglo XVI, testigo a lo largo de los años del fervor religioso de un pueblo milenario.
El Jueves Santo al atardecer los fieles católicos se reúnen para estar con Cristo cuando ha llegado su hora: La hora de pasar de este mundo al Padre. Esta eucaristía actualiza la acción de Cristo que reúne a sus fieles en torno a su mesa, les da testimonio de su amor total, amor que instituye la Eucarística y el Orden Sacerdotal, entrega a los hombres del mandamiento del Amor fraterno como distintivo del cristianismo. El pueblo es también testigo del Lavatorio de pies y la Cena familiar solemne, para actualizar entre nosotros el espíritu que animó Cristo aquél atardecer: espíritu de amor, de fraternidad, de servicio. Es así como en Tepeji para dar testimonio de este acto se realiza este memorial por la tarde y noche en el atrio parroquial, para posteriormente estar en oración dentro del templo, en donde se ha colocado un monumento especial que representa a Cristo en el encierro de su preludio de muerte.
El Viernes Santo es el día en que se realizan en Tepeji dos acontecimientos de importancia trascendental; el que se lleva acabo por la mañana acorde a los ritos de Semana Santa: el Via Crucis. El otro se lleva a cabo durante la noche y es un acto de religiosidad popular famoso en el país por su impacto: la Procesión del Silencio.
En este día se contempla el amor misterioso e inefable de Dios que se revela en la Cruz. Nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos. La historia de la pasión según San Juan nos ayuda a contemplar a Jesús que sobre la Cruz revela el rostro del Padre: su amor fiel y misericordioso, su bondad y ternura eterna. La liturgia que se celebra hoy tiene tres partes: Liturgia de la palabra, Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión. Por la mañana se celebra el tradicional Vía crucis o las representaciones populares de la pasión.
Con una distancia de tres kilómetros los fieles de Tepeji recorren a lo largo de las calles del municipio las catorce estaciones que recuerdan el memorial de la Pasión y Muerte del Salvador. Característica especial tiene esta representación, que a diferencia de otros lugares en donde se realiza con personajes vivos, aquí se incorporan esculturas de verdadero valor histórico y de patrimonio cultural. En la primera estación Jesús es Condenado a Muerte, tiene como elemento importante un imagen de madera de colorín y policromada del siglo XIX que representa a Cristo atado a un tronco después de recibir las flagelaciones impuestas por Pilatos, esta bella escultura es conocida como el Señor de la Columna. En la segunda estación Jesús con la Cruz Acuestas, se incorpora una imagen de madera policromada con goznes en los hombros y codos que le dan movimiento, del siglo XIX y que representa a Cristo en su advocación del Señor Nazareno.
Por la noche los fieles se preparan para llevar acabo su tradicional Procesión del Silencio. En un acto de profundo respeto e iluminado por velas, antorchas y como fondo el sonido de los tambores, los parroquianos tepejanos acompañan en su dolor a la virgen María en su advocación de la Dolorosa, sufrimiento por la muerte de su hijo Jesucristo, que es trasladado por la avenida principal en su urna. Acompañan a este cortejo las imágenes que por la mañana participaron durante el Vía Crucis. María sufre por la muerte de su hijo y por otra parte, se alegra porque la muerte de su bien amado da vida a la nueva humanidad, a la humanidad redimida. El Hijo inocente muere para dar vida y salvar al hijo que estaba perdido. Cristo nos salva muriendo por nosotros. María acepta el dolor de recibir muerto a su hijo. Y en su hijo, nacemos o volvemos a vivir todos nosotros, acompañemos a María, nuestra madre, protectora y piadosa hermana.
Manifestación de religiosidad popular muy diseminada por todo el mundo, en Tepeji se cuenta con la participación de penitentes encapuchados de la Hermandad del Santo Entierro. Esta cofradía tiene sus orígenes en el siglo XVII, fue reestructurada por un ingeniero de origen catalán de nombre José Terre y el entonces párroco de Tepeji el Pbro. Felipe del Águila, que en el año de 1952 convocaron a los trabajadores de la empresa La Josefina y al pueblo en general a refundar esta Hermandad que subsiste hasta el día de hoy. Acompañan a esta procesión un contingente de camiones que traen montado sobre sus plataformas diferentes escenificaciones de la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo. Dichas representaciones se realizan con personajes vivos.
Debemos aclarar que la fecha antes mencionada es fidedigna, ya que existen documentos de esta época que así lo refieren firmados por personajes serios e importantes de esa época en el año de 1952: El Profesor Ramón Ramírez, el Sr. Gilberto Hernández y el filántropo J. Guadalupe Jiménez. Es importante para la población y la generaciones futuras precisar lo mas posible acontecimientos históricos basados en documentos serios, y no divulgar fechas basadas en el empirismo e ignorancia que lo único que crean es mas ignorancia. La Procesión del Silencio de tiempos modernos en Tepeji del Río, inició en el año de 1952. Para este 2012 la Hermandad cumplirá 60 años de tradición y fe.
En la Procesión del Silencio los cofrades trasladan la imagen del Señor del Santo Entierro, escultura del siglo XVII, realizada en caña de maíz y que representa a Cristo muerto. Esta hermosa escultura tiene incorporado goznes en piernas y brazos que le dan movimiento, su sandal es de color blanco y estofado en oro.
Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor meditando en su Pasión y Muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la Misa, por lo que conserva el altar totalmente desnudo. En este día no se da la sagrada comunión. Durante la noche en alguna colonia de Tepeji del Río se lleva acabo la ceremonia del Fuego Nuevo a las ocho de la noche. En esta noche se lleva acabo la madre de todas la Vigilias santas. El día llega a su fin. La Iglesia en esta noche vela con amor para vivir el momento de la Resurrección. Corre al sepulcro con los aromas de la oración. Éste es el sentido de esta Vigilia: vivir en la oración que es un retorno de amor en la noche más dichosa. Con el rito del fuego y el pregón pascual ante el cirio, símbolo de Jesús resucitado, se entona el Aleluya de la resurrección. En la liturgia de este día se pregona la Resurrección de Cristo, nos invita a resucitar para siempre con Él. Éste es el motivo por el cual renovamos, comunitaria y personalmente, las promesas de nuestro Bautismo. Por las céntricas calles de Tepeji por espacio de una hora la procesión con el Cirio Pascual acompañado por el tono del pregón, y por más de quinientos fieles con sus cirios prendidos harán una átmosfera llena de misticismo y alegría.
Finalmente llega el día más esperado por la Iglesia católica, el Domingo de Resurrección. Nuevamente los cófrades de la Hermandad del Santo Entierro salen a las calles de Tepeji para enfatizar su gozo por la muerte y la resurrección de Cristo, este es el motivo por el cual portan un hábito color crema. Cargando un Cristo en su advocación del Señor Resucitado, llegarán al atrio parroquial acompañados por una gran cantidad de fieles de las diferentes colonias y comunidades adscritas a la Parroquia de San Francisco de Asís. En donde se llevará acabo la Misa de Resurrección.
Este es el día del triunfo del Señor. El Señor ha resucitado. Es el día en que Jesús se dio a conocer a su dos discípulos en el camino de Emaús por medio de la fracción del pan. Es el día en que Jesús confió el Espíritu Santo a sus apóstoles para la remisión de los pecados, y los envió al mundo para ser sus testigos. Es el día de los cristianos: La vida es la Pascua.
La Semana Santa también son los días de los romeritos, el bacalao, las tortitas de camarón. Son los días en que se reúne la familia tepejana para compartir y vivir. Son los días del reencuentro, de la paz. La alegría del día de campo y la nadada. Del calor aplastante durante el día y las ventisca de la noche que traen confort. Son nuestros usos y costumbres, nuestras tradiciones; preservemos este legado cultural. Son los días en que las jacarandas adornan las calles intrincadas y bellas de Tepeji del Río con sus hermosas flores color lila.
Durante las fiestas de febrero 2013, de Encarnación de Díaz, Jalisco, fue presentado el libro En los términos de Otlazpan y Tepexic de María Guadalupe Huicochea Enríquez. Para dar continuidad a la difusión de su obra, el pasado 16 de marzo, la escritora tepejana, invitada por la Arq. María Elena Borja Ymay, directora del Museo del Virreinato de Zinacantepec, Estado de México, presentó el mismo libro, en esta sesión los comentarios estuvieron a cargo del arquitecto Moisés Cruz, catedrático de la Universidad Autónoma del Estado de México.
