Raúl Estrada
El árbol pierde manos que rezan
y su Dios las suelta,
en otoño las oraciones faltan
y la fe cambia de piel
la mezquita cierra su luna
sueño en morir
en abrir franjas donde
escapan las oraciones,
gotas cristas abren orificios en mi boca
y alzo los ojos en nombre
de las hojas muertas
que regresan su voz al ocaso
tras el desangre del anochecer
la mañana pinta su aura
donde duermo las heridas.
El arrepentimiento un sonido suelto
rompe los huesos a la hojas,
quiebro la conciencia cuando piso
la vida de donde viene,
sacándola con la venas
en el cuello dando vueltas en la rama
y el torcer del tronco sostiene la voz
al dejarla escapar en una muerte.
Al mover las hojas
Una más verde fenece
sale de la piel la resurrección del tiempo
que regresa y evita la pérdida
del sueño en el que duermo el otoño
de las hojas y sus rezos.
Publicado en el número 4 del suplemento cultural de revista Propuesta.
El árbol pierde manos que rezan
y su Dios las suelta,
en otoño las oraciones faltan
y la fe cambia de piel
la mezquita cierra su luna
sueño en morir
en abrir franjas donde
escapan las oraciones,
gotas cristas abren orificios en mi boca
y alzo los ojos en nombre
de las hojas muertas
que regresan su voz al ocaso
tras el desangre del anochecer
la mañana pinta su aura
donde duermo las heridas.
El arrepentimiento un sonido suelto
rompe los huesos a la hojas,
quiebro la conciencia cuando piso
la vida de donde viene,
sacándola con la venas
en el cuello dando vueltas en la rama
y el torcer del tronco sostiene la voz
al dejarla escapar en una muerte.
Al mover las hojas
Una más verde fenece
sale de la piel la resurrección del tiempo
que regresa y evita la pérdida
del sueño en el que duermo el otoño
de las hojas y sus rezos.
Publicado en el número 4 del suplemento cultural de revista Propuesta.