Sobre cada orilla de mosaicos
se levanta un muro de ladrillo

Quebrantando el oleaje
los matices de tu aliento
procuran el flote
la risa
de burbujeantes niños
Yo en la esquina de tus ojos
bebiéndote
línea sobre línea
cada línea
y la textura de tus dedos
los labios
los delicados frutos dibujando sinfonías
seducción en cada vuelo
anestesia sin paréntesis
el galope de las bestias aplastando el rostro de mi nombre
y el oxígeno
tus labios
el mástil y las cuerdas rotas
Cantarás rozando mi barbilla
y luego
me quedaré en ti
mi Sirena.
Publicado en el suplemento cultural nº 7 de revista Propuesta