Poesía para una prostituta
Nacen de mi alma miles de versos
acaramelados con la pasión de tu sexo
y ese singular aroma a hierba que inunda la habitación
tus besos falsos y comprados
son más sinceros que los de aquellas mujeres que me prometieron tantas cosas,
cosas que nunca cumplieron.
Conforme va pasando el tiempo
te vuelves parte de este corazón que no sabe qué quiere
eres ya un momento tatuado con sangre en mi piel
y todo por unos cuantos pesos.
A un alma errante
Vago en las noches de luna llena
siguiendo los pasos de la penumbra
te busco en los ojos del silencio
y sólo encuentro la amargura de saber que estoy solo
que mis pasos no siguen los tuyos
que mis labios sólo besan la nada
y en el murmullo nocturno que grita tu nombre
me siento perdido en este frío anhelo
de no encontrarte en mis recuerdos.
Publicado en el número 5 del suplemento cultural de revista Propuesta.