Empezamos a caminar juntos, con algunos sueños en las bolsas y otros tantos sólo en vagos anhelos. Nos hicimos uno para que tuviéramos más fuerza y nuestra voz fuera más elevada. Nos llenamos de amigos y compañeros, descubrimos que nuestras inquietudes eran muchas y nuestras ganas de entrar en la vida social de nuestro entorno eran la mismas, iniciamos el proyecto hace lejanos cinco años, con algunos logros y fracasos, con satisfacciones y nuevas aventuras; nuestro pensamiento ha sido el mismo, nuestra línea inquebrantable y nuestras metas bien trazadas; así empezamos aquella distante tarde del 30 de abril del 2007 siendo sólo un tal vez, hoy en día somos una realidad.
Nos hicimos de palabras propias y utilizamos el viento como medio de distribución, aquellos que nos alcanzaron a escuchar y otros tantos que escucharon a los primeros, conocieron nuestra voz, nuestras ideas, nuestro proyecto, y ante la necesidad de un medio de comunicación propio, nos hicimos de nuestras Palabras errantes proyecto que nos ha acompañado en las buenas y las malas, que se convirtió en nuestra cara frente a los demás, y nos enfrentamos a los escasos recursos con los que contamos para su producción, pero nos ayudamos desde el primer momento de nuestro andar (es decir, desde hace cinco años) con la recolección de botellas de plástico, así lo hicimos al principio y así lo seguimos haciendo. Surgió en nuestro caminar la creación de un par de talleres gratuitos, magia y guitarra se mezclaron para en conjunto lograr la participación de un buen número de personas, concluyeron los talleres de forma satisfactoria; entonces emergió otra necesidad: ¿cómo dar a conocer a los escritores de la calle, los que no tienen acceso a las instituciones artísticas por falta de capital o por el sólo echo de no mezclarse con lo establecido, y los músicos que quieren dar a conocer sus creaciones? Para esta pregunta creamos el proyecto Saber escuchar, que tiene como fin, precisamente dar a conocer los trabajos de quienes no encuentran el medio para hacerlos, el proyecto que más satisfacción nos ha dado por la continuidad con la que se viene haciendo.
En fin, el camino es largo pero lo hemos empezado a caminar, sabemos que no podemos cambiar al mundo, no lo pretendemos, simplemente queremos ser más dignos, cambiarnos a nosotros mismos, nuestra concepción de lo posible, contagiar al de a lado con nuestro ejemplo y nuestra movilización, escudarnos en la paz y atacar con la cultura, desde el otro lado, el que algunos no quieren tomar en cuenta, el que no es rentable. Ahí es justamente donde radicamos nosotros, abajo todos juntos, y a la izquierda verdadera. Así seguimos Kenia, Ivanna, Fernando, Darío, Víctor, Erik que venimos recorriendo hace cinco años, los que se nos han unido en el proceso Osbaldo, Eduardo; los que nos han apoyado en este andar Bersaín Lejarza, Anayetsi Cosio, Gerardo Guzmán, Don Teo (y su Casa del Árbol), Héctor; a los que se han quedado en el camino, a todos ellos el agradecimiento infinito, y nuestra mano de compañeros. Aquí estamos sembrando semillas de rebeldía en tierra fértil de esperanza para cosechar dignidad y libertad.
¡De frente hacia un mundo mejor, llegaremos!
¡Paz y esperanza!
¡Frente Juvenil Abajo y a la izquierda!
